martes, 23 de abril de 2013

Día del Libro

De los diversos instrumentos del hombre, el más asombroso es, sin duda, el libro. Los demás son extensiones de su cuerpo. El microscopio, el telescopio, son extensiones de su vista; el teléfono,
de la voz; luego tenemos el arado y la espada, extensiones de su brazo. Pero el libro es otra cosa: es una extensión de la memoria y de la imaginación.
 Jorge Luis Borges

viernes, 19 de abril de 2013

Los papeles salvajes



***
Anoche entró, sin abrir la puerta, la sacerdotisa gaélica, de la cual soy viva reencarnación. Traía un traje azul o bermellón; no pude ver. Lleno de inscripciones. Y las varillas de nogal, más numerosas que los dedos, con las cuales trazó las palabras rúnicas de la gloria y la soledad.
No quería mirarla ni preguntarle, pues, era yo, y tenía miedo de que se insumiera en mí.
Giraba lentamente como en una representación.
Hubo un rofundo olor a muérdago y manzanar.
Hasta que le vi el pie de fuego y se fue sin abrir la puerta.
Una pequeña víbora destellante puso un huevo, pequeño, sobre el que había la mismísima inscripción.
Después de unos segundos como siempre me dormí.
Y, como siempre, cuento lo que vi.



***
Era una dalia con el centro redondo y negro como el sexo de una mujer fantástica.
Allí se posó una mariposa en otro deslumbrador, hecha de azúcar y esmeralda.
Pero no era una, eran muchísimas, sobre el sexo solo.
El viento no podía dispersarles.
Y por mucho rato yo fui la dalia y las mariposas hicieron su trabajo.



***
Empezaron a caer mariposas, redondas, chicas, con más hojas de las necesarias, color verde manzano, manzana muy verde, rosa leve, rosa granate. Caían por toda la mesa, las sillas, el piso y el sofá. Caían afuera y dentro, perpetuamente.
Haciendo un rumor de hojas secas, de papeles; parecían hablar entre ellas. Llegaron del este, en bandadas; del sur, en grandes bandas; del oeste, en polvareda; del norte, en llamaradas.
Hasta que bajaron al caldo y a los platos. Dimos un grito. Y nos acostumbramos a que formaran parte del caldo. La abuela —tan diestra— las trató con azúcar y las ponía sobre los postres, integrándoles.
Mamá las cosió —porque se podía—, en los ruedos; e hizo con ellas guías, mosquiteros y coronas.
Unos dijeron que no íbamos a sobrevivir.
Otros dijeron que era una negra desgracia.
Otros que era una desgracia fina y exquisita.
Y otros gritaron que simplemente no era cierto.
Que veíamos todo eso porque ya estábamos muertos
                      Marosa Di Giorgio

jueves, 18 de abril de 2013

Almohadas y almohadones

Almohadas

 Hay almohadas de plumas
                           de siestas
                           de oscuridades
                           de lamentos
                           de confesión.

No todas
están
en su sitio
ni todas saben
vagabundear.

La tuya,
la de las confesiones,
tiene
un espacio
donde ajustas la nuca.

Y en la noche
amarga
hundes
congoja
 y
 remordimientos.

            Natalia Samburgo

La revolución de los libros escritos por computadoras

El Señor Hágalo Usted Mismo. Desde hace unos años se viene hablando de Philip Parker como “el escritor más rápido del mundo” o “el escritor más prolífico de la humanidad”; en ambos casos las categorías son equivocadas, porque lo que este académico de Ciencia de la Administración de la Escuela de Negocios de Insead desarrolló fue una máquina llamada Long Tail, que funciona en base a algoritmos capaces de detectar la fórmula para recrear un género determinado: poesía o no ficción, por ejemplo. Philip Parker dice que “cualquier género de ficción que pueda reproducirse con una ‘guía para bobos’ podría ser creado por un algoritmo”. Esto aumenta la rapidez y reduce los costos, ya que se podría escribir un libro en veinte minutos y a un costo de US$ 0,23, eliminando de paso con esto los intermediarios e incluso al autor. Según Parker, mientras un género más suscribe a una fórmula más sencillo es crear el algoritmo, que por el momento tarda de dos a tres años en desarrollarlo.

sábado, 13 de abril de 2013

Construcciones nominales. Tankas

46

Bocas de ira.
Ojos de acecho.
Perros aullando.
Perros y perros.
Todo baldío.
Todo reseco.

Cuerpos y campos.
Cuerpos y cuerpos.
Qué mal camino
Qué ceniciento
¡Corazón tuyo
fértil y tierno!                                 M. Hernández





  El milagro de existir...
El instinto de buscar...
La fortuna de encontrar...
El gusto de conocer...

La ilusión de vislumbrar...
El placer de coincidir...
El temor a reincidir...
El orgullo de gustar...

La emoción de desnudar...
y descubrir, despacio, el juego.
El rito de acariciar
prendiendo fuego.

La delicia de encajar
y abandonarse.
El alivio de estallar
y derramarse.

Y el amor,
el amor,
el amor,
el amor,
el amor,
el amor.
                      J.M. Serrat
(J.L. Borges-P. Aznar)

1
Alto en la cumbre
Todo el jardín es luna,
Luna de oro.
Más precioso es el roce
De tu boca en la sombra.

2
La voz del ave
Que la penumbra esconde
Ha enmudecido.
Andas por tu jardín.
Algo, lo sé, te falta.

3
La ajena copa,
La espada que fue espada
En otra mano,
La luna de la calle,
¿Dime, acaso no bastan?

4
Bajo la luna
El tigre de oro y sombra
Mira sus garras.
No sabe que en el alba
Han destrozado un hombre.

5
Triste la lluvia
Que sobre el mármol cae,
Triste ser tierra.
Triste no ser los días
Del hombre, el sueño, el alba.

6
No haber caído,
Como otros de mi sangre,
En la batalla.
Ser en la vana noche
El que cuenta las sílabas

Poesía, de Natalia Samburgo

Intentas

  Intentas decorazonarme
Con desventurados vocablos
Todos ellos aglomerados
Invocando
                 Obscenidades

Con desventurados vocablos
Pretendes doblegarme
Innumerables especulaciones
Viejas heridas
Turbulentas miradas
Abatidas almas
Infundados recuerdos
                                     a  veces callan
  

 Te evoco
               en silencio
como quiero
   como puedo
                                         Natalia Samburgo

Elisa González POEMA 1

Poema I

Dónde el sueño cumplido
El máximo anhelo
Amante dolido,
Deambulando angustiado.

Dónde ese loco amor
-el más puro
casi olvidado_
gimiendo
amordazado
….
Tras la serena máscara
El hombre esconde
                    El alma

No quiere
Estar expuesto….


Pedidos
Deseados
Negados
Olvidados
Efímeros
Eternos
………..amores marcados
                                                       Elisa González

martes, 9 de abril de 2013

Sofía Lozano. Micro relato

    Micro relato

Después de mantener una dura discusión con mi familia; mi mujer se llevó a mis dos queridos hijos. Sentí que mi vida ya no tenía sentido, se me vino el mundo abajo, por eso decidí terminar con ella.
Salí al balcón de mi casa y me tiré desde el piso 10, dejando todo atrás.
Mientras caía, veía a mis vecinos con problemas más graves que los míos en el noveno piso.
Un amor floreciendo, en el octavo.
Una vecina partiéndole un jarrón en la cabeza a su marido en el séptimo piso.
Una familia muy feliz en el sexto piso.
Una mujer embarazada junto a su marido tejiendo unos escarpines en el quinto piso; y me dije: “si hay peores problemas, yo puedo arreglar mis errores, puedo recuperar a mi familia ¿Por qué terminar con mi vida?”
Fue en ese preciso momento en el que vi mi cuerpo tirado y ciento de personas mirándome. Lentamente sentía que volaba. Ya había muerto, estaba listo para vivir en otro lugar, en otra vida.


                               Sofía Lozano

sábado, 6 de abril de 2013

Hipérbole

Retórica:


2666

Hipérbole: es un recurso mediante el cual se exagera aumentando o disminuyendo un aspecto de la realidad.Estas imágenes hiperbólicas van como ejemplo.
En literatura desde Quevedo hasta García Márquez han hecho uso de este recurso. Ejemplo de ello: el extenso título de su breve novela: La increíble y triste historia de la Cándida Eréndida y su abuela desalmada