martes, 2 de octubre de 2012

Natalia Samburgo




El golpe final

Cuando me recobré ya era otra. Eso fue lo que ocurrió. Yo aguardaba a que prosiguiera, dijo cautelosamente: Fue como haber batallado mil peleas en una sola. Confiaba en que todo saldría bien. Tenía plena seguridad de ello. Sin embargo, cuando menos me lo esperaba ella vino directo a mi, a una velocidad que no pude detener. Mi cuerpo y mi mente se desplomaron, derrumbándose en milésimas de segundos. El olor del asfalto era sinónimo de una derrota inminente. Haber conocido a mi adversario hizo que mi coartada cambiara de una vez para siempre.

Natalia Samburgo

Manos
Manos que acompañan,
Que pintan, que bailan,
Que recorren, que sanan,
Que cuidan, que aman,

Tus manos y las mías
Por siempre entrelazadas.
Cuando mis manos y las tuyas
No dancen en el agua,
No es que ya no quiera,
Es que están cansadas.

Natalia Samburgo


Paisaje

El incesante pensamiento de lo perdido, el fangoso terreno intransitable de aquel paisaje  inhóspito., hacía olvidar toda preocupación reinante.
Montañas y pastizales, distintos verdes, no hacían otra cosa que mencionar lo vivido.
Ser puntual ya no importaba…las horas: sólo recuerdo.
Cuando su ánimo estaba caldeado corría sin rumbo y la esbelta figura se desvanecía en un paisaje, infinito.

Natalia Samburgo

3 comentarios:

  1. Hola, Natalia...Me gustaron los relatos breves. Saludos.
    Gustavo

    ResponderEliminar
  2. Hola Natalia, mi nombre es Natalia Samburgo. Perdón que te escriba por este medio, pero me gustaría contactarte para ver si tenemos algún familiar en común. Gracias y saludos

    ResponderEliminar